¿Cuántas vidas vivimos?
La novela de «180 Segundos» nace nueve años después del estreno de la película homónima. En casi una década pasaron muchos eventos cinematográficos con los que tuve relación directa: nuevos guiones, otros largometrajes estrenados e ideas conectadas a esa primera película. «180 Segundos» me ha acompañado desde ese primer momento, pero no sólo como un material audiovisual existente el cual se recuerda o se encuentra de tanto en tanto.
De alguna manera los personajes de «180 Segundos» han dado vueltas en mi cabeza una y otra vez. De forma evidente se refleja en ellos una forma de pensar y ver el mundo que se parece a la que tuve cuando los pensé como personajes para una película. Ese constante pensar en ellos, en las situaciones que viven en el argumento cinematográfico, ver de nuevo, una y otra vez algunas escenas, creer en lo que está ocurriendo en la pantalla, sufrir, reír con ellos, nunca dejó de presionarme para volver a ellos.
«Zico planea el robo de un millón de dólares. Será rápido y perfecto si se hace en 180 segundos. Cuenta con su hermana Angie, experta en tumbar sistemas de seguridad; el Guájaro, su mejor amigo y Rincón, un recién conocido, efectivo y confiable. Los robos perfectos necesitan de la vida ordinaria, buena comida, música, fiesta, sexo y videojuegos. La vida se pasa volando y respirar es igual que amar pero nos damos cuenta siempre demasiado tarde. Zico confía en su plan».
Sinopsis
La primera motivación para escribir una novela, a partir del guión de la película, es mi naciente conexión con la literatura como medio expresivo.
Imaginar que «180 Segundos» podría ser una tercera novela se dio por una ecuación sencilla: en 2022 se cumplirían diez años del estreno de esa primera película, llevar años sin dejar de pensar en aquellos personajes y una feroz sensación de escribir sin detenerme.
«180 Segundos» tiene todo aquello que no se ve en la película. El mundo en el que viven los personajes se llena de pequeños detalles en los que pude buscar y encontrar lo que en las imágenes cinematográficas es imposible. Crear momentos para que sea la imaginación del lector quien le imprima un ritmo propio. Claro que existe la película y sus imágenes, pero en la novela se abren ventanas que llevan a nuevos lugares y nuevas sensaciones.
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Nunca había tenido la oportunidad de brindarles a los personajes nuevos caminos. En las películas los personajes se crean una vez y el proceso de producción se trata más de no fallar y acercarse a lo ya creado, que seguir creando. Cuando un espectador ve una película, casi nunca puede imaginar más allá de lo que ve. Algunas películas se quedan alojadas en el cerebro del espectador y su curiosidad puede llevarlos a imaginar algo distinto a la película en cuestión, llevarlos a otros nuevos mundos. Pero no siempre sucede.
Un deseo, difícil de expresar, me llevó a que los personajes de «180 Segundos» tuvieran una nueva de aquellas oportunidades y son las letras la llave para abrir esa puerta.
A lo anterior debo sumarle la playlist creada para acompañar la lectura: hay cantidades de canciones que ayudan a crear el mundo de la historia. Tal como ocurre en la película pero ahora potenciado por las palabras. Allí, en la música, los personajes también son libres:
Esta es la novela adaptada, en la que los personajes de la película «180 Segundos» corren sueltos buscando lo mismo pero distinto. Como todos lo hacemos en la vida diaria: todos buscamos una oportunidad.
Aquí una conversación sobre los procesos creativos de libro y la película con uno de los protagonistas del largometraje estrenado en 2012 y gran lector, Alejandro Aguilar: